La ortodoncia es uno de los tratamientos dentales más solicitados. A todos nos gusta lucir una dentadura bonita con los dientes alineados. Para llegar a los modernos tratamientos como la ortodoncia invisible se ha experimentado una evolución considerable en apenas de 300 años.
La ortodoncia es la rama de la odontología que corrige la malposición dentaria. El empleo de las últimas tecnologías, en especial el diseño en 3D, está marcando su desarrollo, dando lugar a tratamientos más precisos y cómodos para el paciente.
Los ortodoncistas de Clínica Dental Geo, una clínica dental multidisciplinar ubicada en Las Palmas de Gran Canaria, nos comentan que la ortodoncia previene, corrige y estudia las anomalías que se producen en las arcadas dentarias. Su finalidad es restablecer el equilibrio entre la forma de la boca y su funcionalidad.
Este es el desarrollo que ha vivido esta rama de la odontología a lo largo de la historia.
El inventor de la ortodoncia.
Existía preocupación por la salud dental ya en la antigua Grecia. El médico Hipócrates de Cos, que vivió entre los años 460 y 377 antes de Cristo, ya detectó la mala posición de algunas piezas dentales y afirmó que se podían corregir guiando su colocación.
Hay que esperar al siglo XVIII para que aparezca la ortodoncia tal y como la conocemos en la actualidad. Como reconoce el blog de Sanitas, todos los expertos coinciden en señalar al médico francés Pierre Fouchard como el padre de la ortodoncia moderna.
Fauchard inventó un dispositivo que pasó a conocerse como «las bandas de Fouchard», que utilizaba para cerrar espacios entre los dientes. Consistía en una banda de metal que se ajustaba alrededor del diente y tenía un alambre que se extendía para sujetar los dientes juntos. El alambre se apretaba gradualmente para cerrar el espacio entre los dientes. Este dispositivo, aunque primitivo, fue un importante avance en su tiempo, precursor de los dispositivos de ortodoncia modernos.
Además de las «bandas», Fauchard ideó otros dispositivos para tratar la maloclusión, como el «cinturón maxilar» y el «elástico intermaxilar». El «cinturón maxilar» era un dispositivo utilizado para contraer la mandíbula inferior sobresaliente, mientras que el «elástico intermaxilar» guiaba los dientes que habían crecido torcidos.
Pierre Fauchard nació en 1678 en el norte de Francia y comenzó su carrera como cirujano en la Marina Real Francesa. En 1716, abrió una clínica dental en París y comenzó a investigar y experimentar con técnicas para mejorar la salud dental y la apariencia. En 1728, publicó su obra más famosa, «Le Chirurgien Dentiste» (El Cirujano Dentista), que se convirtió en un texto fundamental en la odontología y la ortodoncia.
La influencia de Fauchard en la ortodoncia moderna es significativa. Sus ideas y técnicas fueron adoptadas y desarrolladas por otros dentistas y ortodoncistas en los siglos posteriores. Las «bandas de Fouchard» se convirtieron en un elemento básico en los dispositivos de ortodoncia, y muchos de sus principios siguen siendo utilizados en la actualidad. Sus contribuciones a la ortodoncia sentaron las bases para el desarrollo de la especialidad, lo que ha permitido el tratamiento de millones de personas en todo el mundo.
El desarrollo de los correctores.
En el siglo XIX, los primeros aparatos de ortodoncia eran rudimentarios y estaban diseñados para la alineación manual de los dientes. Se utilizaban alambres y resortes para mover las piezas dentales. Los dispositivos eran grandes y voluminosos.
Fue en el siglo XX cuando se produjeron algunos de los avances más significativos en la ortodoncia. En 1907, Edward Angle, un dentista estadounidense, introdujo el concepto de la «oclusión ideal», que se refería a la posición perfecta de los dientes en la boca para un correcto funcionamiento. Esto llevó a la creación de los brackets y arcos, que se convirtieron en la base de la ortodoncia actual.
Los brackets son pequeñas piezas de metal o cerámica que se adhieren a la superficie de los dientes con un pegamento especial. Los arcos, por otro lado, son alambres que se conectan a los brackets y se utilizan para aplicar presión a los dientes y moverlos a su posición correcta.
A medida que avanzaba el siglo XX, se introdujeron nuevos materiales y técnicas. Se desarrollaron brackets más pequeños y estéticamente atractivos, y se introdujeron los brackets autoligables, que no requieren el uso de ligaduras para mantener el arco en su lugar. También se desarrollan los alambres termo-activados, que se calentaban en la boca y se doblaban para adaptarse a la forma de la arcada.
Otro avance importante fue la introducción de la tecnología informática y la tomografía computarizada, que permitieron a los ortodoncistas planificar y diseñar tratamientos más precisos y personalizados.
La incorporación de nuevos materiales.
En las últimas décadas, la incorporación de nuevos materiales en la ortodoncia ha permitido mejorar la eficacia de los tratamientos y reducir su tiempo de duración.
Los brackets metálicos son los más utilizados en la ortodoncia tradicional. Están fabricados en acero inoxidable y se adhieren a los dientes mediante un adhesivo especial. Estos brackets son bastante resistentes y permiten una gran precisión en el movimiento de los dientes. Son económicos en comparación con otros modelos. Sin embargo, presentan el inconveniente de ser visibles y estéticamente poco atractivos.
Los brackets de porcelana, conocidos como brackets estéticos, son una alternativa más estética que los brackets metálicos. Están fabricados en porcelana o cerámica y tienen un color similar al de los dientes, lo que los hace menos perceptibles a simple vista. Presentan algunas desventajas en cuanto a su resistencia y durabilidad. Son más propensos a romperse y pueden mancharse con el tiempo, lo que dificulta su limpieza.
Los brackets de zafiro son una variante de los brackets estéticos, pero están fabricados en un material más resistente y transparente. El zafiro es un material resistente a la fractura, lo que los hace ideales para aquellos pacientes que necesiten un tratamiento más prolongado. Su transparencia los hace prácticamente invisibles, lo que los convierte en una opción atractiva para pacientes que buscan un tratamiento discreto.
Por otro lado, los brackets de termoplástico, también conocidos como brackets autoligables, son una alternativa a los brackets convencionales que utilizan ligaduras de metal para sujetar el arco dental. En lugar de las ligaduras, estos brackets utilizan un sistema de clip con los que logran sujetarse a la arcada dental de forma más precisa y con menos fricción. Esto reduce el tiempo de tratamiento y disminuye el dolor y la inflamación asociados a la ortodoncia. Estos brackets son discretos y cómodos.
La ortodoncia invisible.
La ortodoncia invisible, muy popular en los últimos años, ha revolucionado este tratamiento. Los tradicionales aparatos dentales se sustituyen por férulas plásticas, con la forma exacta de la dentadura, que el paciente se puede quitar para comer y lavarse los dientes. Pasan prácticamente desapercibidas a la vista, ofreciendo un aspecto estético que no se había logrado con un ningún otro sistema de ortodoncia.
Popularmente, se conocen como “Invisaling”, pero como señala el periódico El Confidencial Digital, esta es la marca del principal fabricante de estos correctores removibles. La empresa Align Technology, fabricante de las férulas, se fundó en 1997 por Zia Chishti y Kelsey Wirth, dos empresarios sin conocimientos previos de ortodoncia, que vieron en la salud dental un nicho de negocio. Poniéndose en contacto con el laboratorio de odontología del Campus de la Universidad de Standford, cogieron este sistema de ortodoncia y lo desarrollaron incorporando las nuevas tecnologías.
En 1970, el dentista estadounidense Earl Bergersen inventó unas férulas de plástico removibles para corregir la malaoclusión. El sistema antiguo de brakets era incómodo para muchos pacientes y en algunos casos, se acumulaban restos de comida que posteriormente generaban caries. Para fabricar las férulas, Berguestein elaboraba un molde de escayola a partir de una impresión en alginato, una pasta de textura similar a la plastilina fabricada con algas y otros materiales naturales.
Aunque la idea era muy buena, el resultado del tratamiento dejaba mucho que desear. Los moldes no eran exactos, tenían un margen de error bastante alto, por lo que los correctores no conseguían su propósito.
La empresa Align Technology, rescata la idea, pero para diseñar las férulas emplea la tecnología CAD-CAM. Un sistema de diseño virtual que se estaba empleando con éxito en la ingeniería industrial para diseñar las piezas de los motores. Esta tecnología virtual permitía hacer pruebas, mediante simulación por ordenador, consiguiendo fabricar piezas precisas.
A ello se le une la incorporación del escáner dental. Un aparato que realiza hasta 6000 fotografías por segundo del interior de la boca del paciente y que por medio de un programa informático logra hacer una réplica exacta por ordenador de la dentadura.
En la actualidad, la inmensa mayoría de clínicas dentales que emplean la ortodoncia invisible disponen de estos medios tecnológicos. Por lo que encargan a la fábrica unos correctores individualizados. Perfectamente ajustados a la dentadura del paciente.
Cada 15 días o un mes, el ortodoncista realiza un escáner de la boca del paciente y encarga una nueva férula, introduciendo las variaciones necesarias para ir guiando los dientes a su posición correcta.
Es interesante conocer la evolución que ha experimentado la ortodoncia, para apreciar en profundidad la eficacia que se está alcanzando con los últimos tratamientos.