Tips para elegir el mejor método de protección sexual

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Los preservativos son sin lugar a dudas el método anticonceptivo más utilizado en el mundo. Además, su utilización es la única manera de prevenir Enfermedades de Trasmisión Sexual, e Infecciones de Trasmisión Sexual. Los condones cuentan con un 98 % de eficacia contra embarazos no deseados y reducen el riesgo de contraer una ITS entre 80 y 90 %. Utilizando un preservativo, nos relajamos y nos aseguramos de protegernos, lo que hace que nos concentremos más en disfrutar.

Además, la única función del preservativo no es proteger. Hoy en día podemos encontrar muchos tipos de condones que favorecen las relaciones sexuales. Los hay que retrasan la eyaculación masculina, a acelerar el clímax femenino o incluso a mejorar las sensaciones de la penetración. Por eso es importante que a la hora de comprar preservativos tengamos claro qué tipo se adecua más a nuestras necesidades.

Desde Comercial APRA nos explican qué tipos de condones son los más utilizados.

Tipos de preservativos:

Los preservativos se fabrican en diferentes tallas, formas, texturas y materiales, ofreciendo una opción distinta para cada persona:

Tamaño: Cuando vamos a comprar preservativos en importante que tentamos en cuenta el tamaño. Los hay tamaño estándar, XL, y más estrechos. Es fundamental que el tamaño de condón se ajuste al del pene para su correcto funcionamiento y que no se salga, o apriete demasiado.

Invisibles o sensibles: Si utilizar el preservativo produce que nuestra erección disminuya o que nos cueste llegar al clímax, podemos optar por una opción de condones sensibles o invisibles. De esta manera disfrutaremos más de la penetración sin tener que dejar de protegernos.

Preservativos con estrías: Muchos tipos de condones no solo nos sirven para protegernos, sino que también incrementan nuestro placer durante las relaciones sexuales. Una buena opción son los preservativos con textura. Estos llevan en su estructura puntos o estrías que consiguen que nuestra experiencia sea más intensa.

Retardantes o estimulantes: Otros modelos incluyen algunos elementos para conseguir bien retrasar la eyaculación masculina, o acelerar el clímax femenino. Existen condones con un lubricante que contiene una pequeña dosis de benzocaína: esta sustancia provoca que el hombre tarde más en la cama y el placer para ambos sea mayor.

De la misma manera, existen condones con un gel lubricante que produce calor, frío, u hormigueo. Este tipo de geles favorecen el clímax femenino y provocan que su placer sea más intenso. Esta opción es ideal para aquellos que buscan innovar en la cama o disfrutar de nuevas experiencias juntos.

Preservativos sin látex: Muchas personas creen que no pueden utilizar preservativos para protegerse durante las relaciones sexuales por su alergia al látex. Sin embargo, hoy en día existen muchos modelos que no están fabricados con este material. Hay condones de poliisopreno que resultan una opción perfecta para este tipo de personas. Con esta solución no tendrán que sacrificar su protección y podrán disfrutar exactamente igual que si utilizasen un condón de látex.

Para que nuestra experiencia sea lo más gratificante posible, tenemos que asegurarnos de que el preservativo está bien puesto.

Colócatelo al comienzo de las relaciones sexuales: Es probable que como juego preliminar quieras rozar tus genitales con los de tu pareja, o incluso comenzar la penetración sin preservativo. Sin embargo, esta práctica puede resultar peligrosa para ambos ya que el intercambio de fluidos conlleva un serio riesgo de trasmisión de ETS.

Utiliza solo un preservativo en la penetración: Muchas personas, por miedo a contraer una ETS o por tratar de prevenir un embarazo, utilizan dos preservativos a la vez. Esto, lejos de aumenta la protección la disminuye. La fricción entre los dos condones puede provocar la rotura de ambos y que el riesgo aumente.

Fecha de caducidad: Antes de utilizar un preservativo, asegúrate de que no está caducado. Los materiales de los que está hecho el condón podrían haber perdido sus propiedades y perder su efectividad.

Utiliza el lubricante adecuado: Es aconsejable que no utilices lubricantes caseros como vaselina, aceite o cremas corporales. Esto puede perjudicar el material del preservativo, por lo que es mejor que adquieras un lubricante en una farmacia o un supermercado.

No reutilices preservativos: No pienses que porque no haya habido eyaculación puedes reutilizar un preservativo. Este ya ha sido expuesto a los fluidos corporales y debe ser desechado.

 

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