Hay que comer fruta, todos los días, y si son tres piezas como mínimo mejor. Eso lo sabemos casi todos pero ¿cuántos lo cumplimos? No todos, ¿verdad? No obstante cada fruta tiene sus propios beneficios y para que empecemos a valorarlos vamos a empezar a ver qué beneficios nos aportan, por ejemplo, los cítricos como las naranjas o las mandarinas a nuestro organismo.
Tal y como publicó La Vanguardía, los cítricos, naranjas, mandarinas, limas, limones y pomelos, son unas de las frutas más cultivadas del mundo. Desde el punto de vista nutricional, los cítricos se caracterizan por ser fuente de vitaminas (vitamina C, ácido fólico, vitamina A..), minerales (potasio, con un ligero efecto diurético) y antioxidantes. Los cítricos aportan pocas calorías pero sí muchos nutrientes esenciales, por todo ello, la OMS recomienda el consumo diario de cítricos.
Los cítricos más consumidos
Las naranjas son una de las frutas más consumidas del mundo. Pertenecen al género Citrus de la familia de las ruteáceas. Contienen una elevada cantidad de vitaminas.
De las variedades de naranja destacan la naranja persa, la de ombligo, la valenciana y la sanguina. La mayoría de las variedades son híbridos producidos a partir las especies citrus máxima, citrus reticulada y citrus médica. El país con mayor producción de naranjas es Brasil, seguido de Estados unidos y México.
La mandarina también pertenece la género Citrus de la familia de las rutáceas. Son de menor tamaño que las naranjas, de forma más aplastada y piel más granulada. Este cítrico proviene de las zonas tropicales de Asia, especialmente de China.
Su piel se desprende con facilidad y su pulpa es muy aromatizada.
Las dos variedades más consumidas son la clementina y la satsuma. Si se pasa el tiempo de maduración en el árbol, la fruta va perdiendo calidad. Su mejor época para el consumo va desde septiembre a marzo. El ácido cítrico y la Vitamina C que nos proporciona ayuda a asimilar y fijar el calcio.
Tanto la lima como el limón son cítricos del género Citrus y pertenecen a la familia de las ruteáceas. Existen numerosas variedades: lunario, verna, mesero, verdelli, eureka, femminello, etc. Se cultivan en todas las regiones tropicales y subtropicales del mundo: Italia, España, Portugal, Estados unidos, etc.
Los limones a medida que va madurando se va transformando, cambiando su composición y mejorando su calidad.
El zumo del limón, se utiliza sólo o combinado con otras bebidas. Su acción es refrescante, astringente y ligeramente antibacteriano. El ácido cítrico es desinfectante y potencia la acción de la vitamina C. Los aceites que desprende la corteza del limón se utilizan en repostería y en la producción de algunas bebidas.
Beneficios
Antioxidantes
La composición de los cítricos que combina la vitamina C y sustancias fotoquímicas entre otras, los convierte en unos antioxidantes poderosas.
Cuidan el colesterol
Los cítricos ayudan a reducir los niveles de colesterol, gracias a ciertas sustancias (flavones polimetoxilatados) presente en el zumo.
Favorecen la absorción del hierro
Permiten que el organismo absorba mejor el hierro que conseguimos de otros alimentos. Tomar cítricos después de un plato legumbres es una combinación que ayuda a combatir la anemia ferropénica.
Combaten el estreñimiento
También se consideran alimentos prebióticos, ya que favorecen el crecimiento de microorganismos beneficiosos para el colon, y mejoran el tránsito intestinal. Su alto contenido en fibra convierte a los cítricos en aliados para combatir el estreñimiento.
Mi hijo no come cítricos
El problema de estas frutas es que su acidez, a pesar de que a veces está muy dulces, hace que algunos niños y niñas se nieguen a comerlas y eso nos lleva por la calle de la amargura a algunas mamás y algunos papás. Ahora bien, ¿no hay otras formas de comer cítricos para que los peques quieran comerlos siempre?
Os traigo una receta de queque de naranja, extraída de la web de naranjasaldia.es que está para chuparse los dedos por lo que estoy segura de que los niños no dejarán de comerla.
El bizcocho de naranja, también conocido como keke o queque de naranja, es sin duda uno de los postres más conocidos de nuestra gastronomía. ¿Quién no se ha tomado una porción de esta deliciosa preparación en una tarde de merienda con amigos? ¡Es el final perfecto para una reunión!
Por eso, si quieres impresionar a tus invitados con un bizcocho de naranja esponjoso, en Cítricos Siscaret te damos la receta definitiva con un método de elaboración rápido y sencillo. ¿Te vas a quedar sin probarlo? Sigue leyendo y sorprende a tus invitados.
Saber cómo hacer queque de naranja no es tarea difícil; de hecho, es una de las recetas más cocinadas por los principiantes en los fuegos. Sin embargo, conseguir la mayor esponjosidad y un sabor delicioso en nuestro postre es diferente, requiere seguir mejorando la técnica. ¡Te contamos cómo empezar!
Ingredientes:
- Naranjas naturales
- 2 tazas de harina
- 4 huevos
- 200 gr. de azúcar
- Levadura en polvo (una cucharadita)
- Aceite y mantequilla
- Aditivos o elementos decorativos al gusto
Elaboración:
¿Lo tienes todo para tu receta de queque de naranja? Recuerda que los ingredientes deben ser todo lo naturales posible, ya que, de esta manera, el sabor final del bizcocho será mucho más intenso y agradable. A continuación, te contamos cada uno de los pasos a seguir.
- Preparativos para la receta
El primer paso antes de empezar a preparar la masa de nuestro keke de naranja, será precalentar el horno a una temperatura de 200ºC durante el tiempo que dure la preparación. Esto es así para tenerlo listo en el momento y no tener que esperar para meter la mezcla.
También nos encargaremos de exprimir las naranjas naturales en un vaso y rallar su cobertura para conseguir la esencia de las mismas, que utilizaremos más adelante en la mezcla.
- Mezclar en un bol los ingredientes
En un bol, comenzamos a batir el aceite y el azúcar (a mano o con unas varillas eléctricas) hasta conseguir la pasta que queremos; después, vamos echando poco a poco los huevos, la harina, la levadura en polvo, el zumo y la ralladura de naranja.
Una vez se encuentren bien mezclados los ingredientes, utilizamos un colador para eliminar los restos.
- Hornear el queque de naranja a 180º
Si has seguido el primer paso, el horno ya estará a la temperatura perfecta para cuando hayas terminado. Engrasa el molde con mantequilla (o utiliza en sustitución papel vegetal) y echa toda la mezcla de forma uniforme.
Baja la temperatura a 180ºC y deja que se haga durante unos 20 o 30 minutos, hasta que la masa haya crecido. ¡Te damos un truco! Para saber cómo se encuentra en su interior, solo tendrás que pincharlo con un cuchillo y, si sale líquido, todavía le quedan unos 10 minutos más.
- Dejar reposar y servir al gusto
Una vez esté terminado y se encuentre en el punto perfecto de cocción, lo sacamos del horno y lo dejamos reposar durante unos minutos. De esta manera rebajará su calor y conseguiremos que adopte su tamaño natural. Emplatamos ¡y a comer!