El aceite de oliva virgen extra aporta beneficios saludables. Los expertos aconsejan cocinar con este oro líquido, ya que con una cantidad pequeña de aceite de oliva se cocina rápidamente un alimento permitiendo que mantenga todo su sabor.
Refi Frankel explica en su libro ‘Historia y tecnología del aceite de oliva en la Tierra Sagrada’, que las primeras plantaciones de olivos aceitera datan del 5000 a.C.
El aceite se extrae del jugo que contienen las aceitunas, el primero que sale, si es de calidad, se denomina aceite de oliva virgen extra (AOVE), apuesta por él para cocinar, porque es el mejor de todos.
Después se encuentra el aceite de oliva virgen, pero las cualidades organolépticas no son tan buenas como las de los primeros. El que no es aconsejable es el aceite de oliva refinado, ya que se trata tanto física como químicamente para eliminar todo su sabor, incluso, se mezcla con aceite de oliva virgen para poder ser comercializado.
Y el aceite de oliva de orujo se extrae de los restos de aceituna y se utiliza un disolvente químico para que obtenga lo poco que queda y luego se descomponga. Por último, pasa por el proceso de refinado para eliminar su sabor y conferirle uno nuevo.
Los profesionales de Oiltopía explican que el AOVE no puede estar mezclado con otros aceites, aunque también sean virgen extra.
Según la Base Española de Datos de Composición de Alimentos, 100 g de AOVE contiene:
• 888 kcal de energía
• 100 g de lípidos, de los cuales 78 g son monoinsaturados
• 34 microgramos de vitamina A
• 18,34 miligramos de vitamina E
Los antioxidantes que se encuentran en mayor cantidad en el aceite de oliva son el oleocantal y la oleuropeína. El primero actúa como antiinflamatorio y el segundo evita la oxidación del colesterol LDL (el malo), lo que disminuye sus efectos negativos.
El AOVE reduce la inflamación sistémica, que es la responsable de diversas enfermedades como el síndrome metabólico, la diabetes o la artritis.
Un estudio descubrió que el oleocantal es igual de efectivo que el ibuprofeno. Los investigadores L. Lucas, A. Rusell y R. Keast, de la Deakin University, en Australia, creen que la cantidad de oleocantal en 3 cucharadas y media de aceite de oliva es igual de efectivo que el 10% de la dosis de ibuprofeno.
Además, el AOVE reduce la prevalencia de diversas enfermedades cardiovasculares. Un estudio realizado por la Asociación Helénica de Gerontología y Geriatría de Grecia, afirman que este tipo de muerte es mucho menos común en los países del Mediterráneo, porque se consume más aceite de oliva virgen extra.
Este alimento reduce la inflamación, mejora la salud de los vasos sanguíneos y ayuda a prevenir los trombos, un componente fundamental de los infartos. Varios estudios han probado que los componentes del AOVE combatían células cancerosas de diversos tumores malignos.
Es un alimento saludable que debes incluir en tu dieta para aliñar, freír, conservar o para mojar con pan. Además, puedes freír varias veces con él, es decir, seis o siete veces porque mantiene las características saludables sin cambiar su estructura química.
Es perfecto para hacer frituras porque aguanta mayor temperatura que otras grasas. Muchas personas creen que el aceite no caduca, pero no es cierto.
Rosa Vañó, una de las fundadoras de Castillo de Canena, informa que «una vez envasado, su consumo preferente es de 24 meses. Luego, el aceite se va muriendo poco a poco, apagándose, porque es un producto vivo, pero no evoluciona en botella como un vino. Así que si lo conservas bien, al cabo de dos años como máximo podrás disfrutarlo como el primer día. Para ello, hay que guardarlo a una temperatura estable inferior a 23 grados, pues el calor lo estropea. Protégelo de la luz porque deteriora el color, los nutrientes y el sabor: por eso los envases son opacos. Y cada vez que lo abras para servirte, cierra la botella porque el oxígeno lo enrancia. Desde el momento en que la abres por primera vez, tienes dos meses para consumirlo».
La Universidad de Harvard ha realizado un estudio y confirma que utilizar AOVE en lugar de emplear otras grasas como la margarina puede reducir el riesgo de muerte.
Durante casi treinta años se estudió a 92.000 hombres y mujeres de Estados Unidos y se analizaron sus dietas. Los investigadores comprobaron que las personas que consumían más de media cucharada de aceite de oliva al día tenían un 28% menos de probabilidad de riesgo de muerte por demencia.
La revista National Geographic informa que «los mayores consumidores por capital de aceite de oliva son los griegos, con un consumo anual de unos 16.3 litros por persona».
España se encuentra en el segundo puesto, ya que en nuestro país se consumen unos 10 litros de aceite al año por habitante.
