El deporte de la destreza

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Existen numerosos deportes que no implican demasiado esfuerzo físico, por no decir ninguno. En este tipo de deportes, la destreza, la estrategia y la misma inteligencia son las herramientas necesarias para ganar la partida, son ejemplos de ello, los dardos, el ajedrez, o la petanca. En otros casos, como la pesca, la paciencia juega en claro favor del deportista. A juicio de los deportistas de elite como futbolistas o atletas, seguramente estos deportes no se consideren como tal. El caso es que lo son y tienen numerosos y fervorosos adeptos. No solo de fútbol vive el hombre y las pelotas, sirven para algo más que para jugar al tenis. Sin ir más lejos vamos a adentrarnos en uno de los deportes catalogados como afición de mayores pero que sin duda, engancha: la petanca, un deporte ligero, sin riesgo, en el que no hace falta mucha fuerza ni resistencia pero si destreza, habilidad y precisión.

Los orígenes de este peculiar deporte de barrio o parque, se remontan a la noche de los tiempos, no tenemos muy claro que noche ni en que tiempo, pero si que parece que tiene unos orígenes ancestrales que van más allá de lo contemporáneo. Algunos historiadores, amantes sin duda de la petanca, atribuyen a este deporte de bolas veintiséis siglos de antigüedad. Resulta que en tiempos de los griegos, se jugaba con cantos que cambiaron a piedras planas para finalmente ser reemplazadas por piedras más redonditas. Estos griegos de la noche de los tiempos, fueron los primeros que gustaban de jugar a lo que denominaron como deporte de tirar bolas.

En tanto que los griegos alababan la fuerza con bolas de diferente tamaño que debían enviar lo más lejos posible, los romanos instauraron el añadido de aproximarse a un objeto, el boliche. Eso conllevaba una mayor habilidad por parte del jugador. Con estos orígenes tan  rudimentarios, no es de extrañar que este deporte de habilidad siga vigente en la actualidad, con una evolución de la que vamos a hablar a continuación.

Etruscos, romanos y Francia

La petanca recorrió el valle del Ródano. Las bolas de piedra, se fueron reemplazando por las de madera que eran claveteadas para que tuvieran mayor peso, hasta culminar en las modernas bolas fabricadas en bronce o acero como las que puedes encontrar en Petanque, una web dedicada a este deporte que requiere de su propia equipación y elementos de juego.

Siguiendo la estela que dejaban esas bolas de madera claveteadas, pasamos por las invasiones bárbaras en las que al parecer, los barbaros gustaban de relajarse ente invasión e invasión, lanzando las bolas haciendo que se popularizada el entretenimiento. En la Edad Media, a alguien se le ocurrió poner nombre al deporte: globurum. Cuando jugaban dos, el término monomaquia definía el encuentro.

Pero la petanca no es un deporte de barbaros como pueda parecer, el reconocido autor inglés Bryant, relata que esa pasión por las bolas, llega hasta Alemania, donde parece ser que adquiere una connotación religiosa que, afortunadamente, desapareció. Era tal el fervor que causaba el popular juego que se cree que en la Inglaterra de Enrique III, este se vio obligado a prohibir el juego por la pasión que mostraban sus arqueros. Se entiende que preferían jugar a la petanca que planificar sus batallas.

Durante el reinado de Carlos IV y V la prohibición se mantiene por decreto y ordenanza, hasta que en el siglo XVII, Enrique de Turenne se percata de la estupidez de la prohibición y las levanta a conciencia de que las prohibiciones, no siempre fueron respetadas. Con el transcurso de los años hemos podido observar que el juego de las bolas original se diferenció en juegos análogos en parte, como los bolos, el palet bretón, el bowling, las bochas o la petanca sobre hielo. Si, estos deportes existen aunque no nos suenen demasiado. Excepción de los bolos y la petanca, los otros no han llegado a calar en nuestra sociedad.

Como podemos observar, a lo largo de la historia los juegos de lanzar bolas porque sí, estaban siempre presentes. No es de extrañar entonces que hayan culminado en verdaderos deportes con sus aficionados y federaciones. Si bien no se trata de los deportes más practicados, siempre es posible encontrar alguno grupito de petanqueros en los parques.

Veamos como este juego de las bolas, llegó a convertirse en la petanca que conocemos hoy ya que no fue hasta mil novecientos siete que se originó. El nombre viene de la expresión Pieds Tanquees, que en castellano viene a decir pies juntos. Este nombre, se le dio porque se cuenta que un jugador de petanca había perdido sus piernas en un accidente y su hermano le propuso jugar sin impulso en terrenos más cortos. Cabe señalar que para lanzar las bolas, se hacía una carrera que daba impulso. Otra versión es la que afirma que un jugador que sufría artritis reumatoide que le impedían moverse con normalidad, tuvo la genialidad de proponer la permanencia en una línea para lanzar la bola.

Como fuere, poco importa quién inventó, creo o desarrolló el juego. Lo que importa es que la petanca existe y son muchos los apasionados de este relajado deporte.

Las reglas del juego

La petanca es un deporte que consiste, sencillamente en lanzar unas bolas de metal desde un punto determinado y con una posición fija en el punto. Suele jugarse en equipos que pueden ser de uno, dos o tres participantes. No existe una edad para iniciarse o retirarse de la petanca, puesto que no requiere de una condición física concreta. Lo que si existen son categorías que se determinan por el sexo y la edad de los jugadores, sobre todo cuando se trata de competiciones a nivel profesional.

En cuanto a las reglas, como decimos, se trata de un deporte sencillo que no requiere de mucho material ni equipación y cuenta con unas reglas bastante fáciles de comprender y aplicar:

  • El juego se inicia lanzando una bola pequeña fabricada en madera. A esta bola, se la conoce como boliche.
  • Antes del lanzamiento, se realiza un sorteo para determinar el equipo que lanza el boliche y este equipo, será el encargado de colocar la circunferencia de lanzamiento.
  • Dicha circunferencia, debe estar alejada de cualquier tipo de objeto por lo menos un metro y a dos de otra circunferencia.
  • El boliche solo se lanza una vez y debe estar a una distancia mayor de seis metros e inferior a diez desde el punto de lanzamiento.
  • La misión del boliche es ejercer como objetivo del resto de las bolas que deberán acercarse a él todo lo posible.
  • Al lanzar las bolas, la que más cerca quede del boliche será la que puntúe.
  • Las partidas se juegan a trece puntos, con desempates y ajustes si es necesario a los once puntos.
  • En el momento del lanzamiento, los pies del jugador deben encontrarse dentro de la circunferencia de movimiento, sin salirse de ella hasta que la bola que se haya lanzado, toque el suelo.
  • Las bolas podrá recogerse siempre y cuando el lugar donde han caído quede marcado.

A pesar de la sencillez de las reglas, existen algunas prohibiciones que todo jugador debe tener. Se trata de unos movimientos considerados ilegales en el juego:

  • No se permite mojar las bolas o el boliche.
  • Las bolas no pueden contener plomo o arena para incrementar su peso.
  • Las bolas no pueden sufrir ningún tipo de variación o transformación.
  • El boliche no puede desplazarse de su terreno.
  • No se permite que el boliche no se vea desde la circunferencia de lanzamiento.
  • Tampoco se permite lanzar la bola fuera de los límites de la partida.
  • No se puede jugar con una bola diferente a la que ha inscrito cada jugador.

Para jugar a la petanca no es necesario hacer un gran desembolso en materiales. Lo esencial para poder echar una partida de petanca es contar con el boliche, las bolas y medidores.

El boliche es el elemento clave del juego, se trata de una bola de madera o algún material sintético de treinta milímetros de diámetro. Las bolas de petanca, son de mayor tamaño, con un diámetro de entre setenta con cinco milímetros y ochenta, de peso que no puede superar los ochocientos gramos. Los medidores son necesarios para medir las distancias entre las bolas metálicas y deben ser especiales para este fin.

A parte de los materiales básicos, puedes encontrar ropa especial que resulte cómoda, así como calzado adecuado para su práctica, sobre todo si compites a nivel profesional. En cuanto a los elementos de juego puedes encontrar bolas de diferentes calidades, porta bolas y demás accesorios para estar a la última y jugar con las mejores prestaciones. No todas las bolas son iguales, como puede suceder con una de bolos, por lo que encontrar la que mejor se adapte al jugador es posible.

Poco más podemos añadir sobre este deporte, considerado por muchos y muchas como un simple juego de mayores y de parque. Aunque parezca sencillo, es fácil romper las reglas o no puntuar porque das al boliche o quedas muy lejos. La destreza y la habilidad son lo más importante en este deporte milenario.

 

 

 

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