Actualmente las dimensiones de las viviendas son cada vez más pequeñas, atrás han quedado aquellos pisos grandes donde incluso había una habitación de invitados, como si de un hotel se tratara. Tener una vivienda justo con los metros necesarios para poder vivir cómodamente es fabuloso, pero el problema comienza a la hora de guardar todo aquello que nuestra fiebre consumista nos hace adquirir como pequeños electrodomésticos, mobiliario, detalles decorativos, ropa, calzado… Y ahí es cuando nos damos cuenta que necesitamos mucho más sitio para guardar y exclamamos voz en alto aquello de “cuando me toque la lotería me hago un vestidor en condiciones”. Y algún día, por supuesto si jugamos, puede ocurrir que nos toque, como a los afortunados que adquirieron en el año 2022 boletos del primer premio del gordo o del segundo premio del niño en Lotería La Piedad, donde yo he comprado más de una vez.
Tener un espacio destinado a vestidor facilita y mucho, nuestro día a día. Sus ventajas son importantes, su capacidad, el aprovechamiento total del espacio disponible, su atractivo, su organización…
Una vez tengamos decidido ya su realización y el lugar más adecuado de la vivienda para hacerlo, la gran pregunta es ‘¿un vestidor cerrado con puertas o un vestidor abierto con todo a la vista?’. La decisión final puede depender de lo ordenado que sea cada uno o de lo que se vaya guardar dentro. Si el orden no se cuenta como una de nuestras virtudes es mejor un armario cerrado con unas puertas atractivas, pero si somos de esas personas que tienen su ropa bien cuidada, ordenada e incluso clasificada por colores, un vestidor abierto es una buena elección, cómoda y práctica.
Dependiendo de la distribución y diseño de nuestra vivienda, un vestidor puede incorporarse en alguno de los siguientes espacios:
- Una zona abuhardillada. A veces ocurre que tenemos una habitación o una zona anexa a nuestro dormitorio abuhardillada, y la tenemos desaprovechada por no saber darle un uso correcto. La situación de un vestidor en esta zona aprovecharía estupendamente la inclinación del techo, colocando en su parte más alta la zona de colgar, como abrigos, vestidos largos… mientras que la parte intermedia podría destinarse a pantalones, camisas, chaquetas… y la parte más baja a cajoneras, zapatero, maletero…
- Una habitación interior. Una pequeña habitación interior que mida como mínimo 200 x 250 cm. es suficiente para crear un vestidor en ‘U’. La distribución podrá realizarla en base al número de prendas y estilo, es decir si tenemos mucha ropa de fiesta, larga o de etiqueta necesitaremos más espacio para colgar, por el contrario, si nuestro estilo es de ropa informal, vaqueros, jerseys, camisetas… colocaremos más baldas o cajoneras.
- Pared en ángulo. Dos simples paredes en ángulo es espacio suficiente para alojar un práctico vestidor. Los colgadores, baldas, pantaloneros… harán perfectamente su función.
- En una sola pared. Las nuevas tendencias de decoración marcan que en la misma pared donde antes se instalaba el ya clásico armario ropero, ahora puede situarse un sencillo y práctico vestidor modular, con la ventaja añadida de que puede ir adaptándose y acomodándose según las necesidades, ya que en su estructura se pueden incorporar a medida que se necesiten barras, cajones, estantes, etc.
- Tipo clóset. Otra opción es habilitar un pequeño vestidor cerrado con una puerta corredero para independizarlo y con espacio suficiente para cambiarse dentro, aprovechando un entrante o rincón del propio dormitorio. Para ello será necesario contar con un espacio mínimo de tres metros cuadrados.
Importante en la organización de un vestidor para que resulte cómodo y organizado, también es su distribución y acabado. Los elementos como cajones con frente de cristal para comprobar el contenido sin tener que abrirlos, bandejas extraíbles para camisas, barras móviles para llegar a alturas de difícil acceso, corbateras, zapateros, compartimentos pequeños para ropa interior, cinturones, pañuelos o incluso relojes… harán que cada prenda tenga su lugar y todo se encuentre de una forma cómoda y rápida.
El cuarto de la plancha
Cuando en una vivienda no tenemos un espacio dedicado a la plancha puede transmitirnos una sensación de desorden y agobio tener la ropa acumulada esperando la plancha. Por ello tener un lugar específico para este menester es importante, no tiene por qué ser un espacio grande, puede situarse cerca del lavadero o incluso reservar un pequeño rincón en el vestidor, solamente se necesita tener una buena iluminación, unos colgadores y estantes o bandejas amplias para colocar las prendas planchadas y dobladas.