En algunos barrios es habitual encontrar fachadas completamente destrozadas, con daños provocados por el paso del tiempo, llenas de humedad, sin pintar, o estropeadas con graffitis y pintadas de todo tipo o de mal gusto. Aunque parezca algo sin importancia, ya que no tiene por qué afectar a la habitabilidad de la vivienda en el interior –o sí–, en realidad, esta degradación tiene un impacto directo sobre la calidad de vida de las personas y, es un hecho que, vivir en entornos bellos, mejora el ánimo de quienes habitan en ellos. Además, fomentar el cuidado de nuestros espacios es una manera de unir a la comunidad y generar identidad, así como de preservar el patrimonio arquitectónico, estimulando la economía de la zona.
Por todo ello, en este post queremos contarte qué es lo que se necesita para rehabilitar o restaurar una fachada. ¿Te interesa? ¡Quédate a leer!
¿En quién recae la decisión?
En la mayoría de las ocasiones, la decisión de rehabilitar o restaurar una fachada común, recae sobre su propietario o propietaria. Es decir, si te molesta que tu vecino o vecina tenga su fachada en pésimas condiciones, no podrás hacer nada más que mostrar tu enfado e intentar convencerle de que tome medidas. La cosa cambia cuando se trata de fachadas históricas, edificios públicos o de interés para la comunidad. En ese caso, las autoridades pueden tener un gran papel a la hora de lograr que el proceso de rehabilitación se lleve a cabo, e incluso proporcionar subvenciones para su ejecución en el caso de que no sea él estado el propietario.
¿Qué debo hacer si soy yo el propietario?
Antes de nada, debes evaluar el estado de la fachada. Esto es: contemplar posibles daños estructurales, revestimientos, pintura y otros elementos decorativos u ornamentales. Una vez completado este paso, es el momento de planificar las acciones a tomar y tener en cuenta cuestiones legales, por ejemplo, relacionadas con las regulaciones de conservación patrimonial. Si todo está correcto, es el momento de calcular tu presupuesto, incluyendo materiales, mano de obra y cualquier gasto que se pueda contemplar. No inicies una obra si no vas a poder permitirte acabarla, ya que el resultado puede ser peor.
La contratación de buenos profesionales, es de vital importancia, ya que la rehabilitación o restauración de fachadas, no es un proceso muy sencillo, y se recomienda no hacerlo de manera autodidacta, a no ser que se tengan muchos conocimientos sobre la materia. En realidad el tipo de profesional que debe intervenir, depende mucho del problema que tenga tu fachada. Si has identificado que hay problemas estructurales, lo mejor es que contrates a algún arquitecto que te ayude a definir objetivos, o incluso a un ingeniero, para que evalúe la seguridad del edificio. Si se trata de un problema relacionado con la degradación de detalles decorativos, entonces necesitarás contar con un especialista en restauración que sepa trabajar con esculturas o molduras. En el caso de que sólo necesites una limpieza, bastará con contratar a una empresa especialista en limpieza de fachadas, y si acaso requiere de una capa de pintura, evidentemente, deberás contratar a un pintor. Si no tienes muy claro cuál es el fallo, te recomendamos que consultes la página web de Geneo, ya que tienen profesionales capaces de realizar rehabilitaciones en todo tipo de fachadas, abordando diferentes procesos como son: la limpieza y restauración de fachadas, tanto en ladrillo, piedra, molduras etc.; la eliminación de humedades de capilaridad y filtraciones; la aplicación de todo tipo de revestimientos; la impermeabilización y tratamientos hidrófugos; o la instalación de aislamiento térmico y térmico -acústicos.
¿Te gustaría ser un poco más creativo/a? Apuesta por un mural
Como hemos comentado, hay edificios históricos o de interés arquitectónico cuya restauración pasa por unas regulaciones estrictas y no pueden ser intervenidos por particulares de cualquier manera, con el objetivo de preservar su estado original para poder dejárselo como herencia a generaciones futuras. Sin embargo, si tu edificio no tiene estas características, y crees que tienes una fachada muy aburrida, siempre ponerte un poco más creativo. ¿Por qué no? Apuesta por una pintura mural. Las pinturas murales llevan años siendo tendencia en España. Proyectos como Pinta Malasaña o La ruta de los murales de Estepona fomentan el arte en la vía pública como una manera de embellecer barrios y mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en ellos.
No cabe duda de que todo el mundo desea vivir en espacios limpios y bonitos. Para lograrlo, sin embargo, cada persona individualmente debe contribuir y poner su granito de arena. Si ya estás empezando a restaurar tu fachada, ¡muchas gracias! estás haciendo una gran labor por la comunidad.